10 de noviembre 2019
10 de noviembre 2019
Estuvo un par de horas intentando recuperar un poco de energía para mantenerse en pie al menos, cuando ese pensamiento aterrador cruzo su mente, un horrible presentimiento que le helo la sangre lo hizo levantarse de donde estaba tendido, trastabillo y cayó de rodillas nuevamente -¡¡Maldición!!-
Tomo aire nuevamente forzando a su cuerpo a responderle, apretó su puño y se levanto de nuevo aún inestable.
-No lo sé... algo pasa que no me gusta, debo ir, tengo que comprobar que está bien.
Ken lo miró extrañado, pero nunca dudaba de lo que su hermano le decía, asi que le ofreció su brazo, Hideto se incorporó con una sonrisa y se apoyó en su hombro aún estaban en el bosque de las brujas y el vampiro cerro los ojos algunos minutos intentando encontrarla -Ahí está.- Aseguró apretando el hombro contrario antes de respirar y desaparecer, no bebió la sangre de él sólo con esa mirada de confianza recuperó la propia para ir rápido con ella.
Bella -ahí estaba ella, con esos hilos de oro cayendo sobre sus hombros, la piel blanca perfecta y sus ojos azules tiznados con ese negro que resaltaba aún más el brillo de sus ojos, sonrió como idiota al verla, se distrajo en ella un poco más, detallando incluso los poros de su piel o como inalaba y exhalaba, simplemente con el hecho de respirar era preciosa, Hideto había tenido que aprender por años a controlar su instinto de querer saltarle encima y comerla a besos, ella siempre causaba todo en él, era la única mujer en el mundo que lograba poner su mundo de cabeza, desde el día que la conoció en ese hospital a través de esa ventana, recordó entonces a esa bebe que recién nacía y ya había vuelto su mundo ocho, ella y solo ella había sido su dueña desde siempre, ese día.
Se sostuvo del arbol para no caer, aún estaba muy débil para hacerlo sin ayuda, viendola ahí notó que había bebido, no sabía cuánto algunas botellas de vino estaban en el piso y seguía acompañada de ese tipo que una vez se hizo llamar su amigo, sentía los poderes de ella disminuidos seguramente por el alcohol en su sistema, viendola pudo comprobar que estaba bien y ese pensamiento que le causo terror era erróneo pero aún sentía que algo no iba bien, ya había pasado la media noche, faltaba poco para las tres y los espíritus comenzaban a tener más fuerza, Hyde seguía sintiendo el peligro hacía ella...
-Creó qué me quedaré acá un rato...

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