08 de enero 2020
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤKolmanskop
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Paralelo; Mundo de las sombras
𝗕𝘂𝗿𝗻 𝗜𝘁 𝗗𝗼𝘄𝗻
Deslizarse al mundo de las sombras era muy fácil para ellos que hacían parte de ese mundo lleno de oscuridad y justo en el momento en el que en el mundo humano se hacia esa fiesta para el solsticio, en las sobras se llevaba a cabo una fiesta completamente diferente y no era porque fueran otro tipo de seres, era más porque al traspasar las barreras que los separaban del mundo humano, todo estaba permitido y los seres de más experiencia se acoplaban en el mismo lugar para hacer todo tipo de vejaciones, allí bajo las mascaras demoníacas se percibían presencias longevas llenas de sevicia de los seres sin alma.
La penumbra era opacada por el rojo~naranja encendido de vivas llamas bailando al son de los jadeos y clamores de los sacrificios que esa noche perderian su alma, los unicos seres con ella que preferian darla a cambio de placeres mundanos o dar paso a su "naturaleza humana" dejando que su maldad tome el control de su cuerpo para ser demonios en la tierra, violaciones, asesinatos, robos, entre otros actos perversos; lujuria, pereza, gula, ira, envidia, avaricia y soberbia los siete pecados capitales hechos carne dispuestos desnudos especificamente en el circulo de la invocación, un espacio trazado con sangre y velas dando la forma de la estrella de cinco puntas.
Cuerpos desnudos danzando entre jadeos placenteros, en esa orgia desmedida sin respetar sexos, solo cuerpos proporcionado o recibiendo placer unos a otros en un acto sexual y violento, con el aroma cubierto de sexo, lujuria y oscuridad.
Pero para él su vista solo se posaba en un cuerpo, el calor desesperante perlaba su piel del sudor, pero ella vestida con tela traslucida lo hacia arder de deseo, deleitandose de su perfeccion desde la distancia, habian entrado en el paralelo al marcar la media noche y los ancianos en torno al circulo marcaban el comienzo de la fiesta, en un descontrolado solsticio-
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𝗕𝘂𝗿𝗻 𝗜𝘁 𝗗𝗼𝘄𝗻
Para una joven bruja como ella, el estar en ese lugar era completamente nuevo pues los únicos rituales de los que había sido participe hasta ese momento, habían sido en su aquelarre junto a sus hermanas.
Observaba con atención como el ambiente iba
cambiando, los ancianos habían dado inicio a esa celebración llena de perversión y ahora se sumaban a ella sin el más mínimo pudor o preocupación, solo disfrutaban de la atención y placer que se les brindaba.
Las criaturas allí presentes iban con un único propósito y eso se notaba en sus ojos, el deseo, la lujuria y ahora el aroma que se desprendía de todos esos cuerpos tocándose era algo a lo que la peliblanca no podía cegarse, aquella visión le hacía arder de deseo. La visión que se ponía frente a ella le hacia morder sus labios con fuerza mientras un cosquilleo en su bajo vientre le hacía buscar con la mirada a su presa.
Habían llegado juntos, pero conforme había avanzado el tiempo se habían ido alejando hasta quedar a una distancia considerable que ahora le brindaba una oportunidad a la menor de jugar con él.
Caminaba con sutiliza rodeando aquella masa de jadeantes cuerpos. Sabía bien que sus ropas habían llamado la atención de aquel ser oscuro que ahora no quitaba su vista de ella, deleitándose con las curvas de su cuerpo que escasamente se cubrían con aquel transparente vestido, acción que le hacía sonreír llena de deseo. Sentir su mirada clavada en ella le hacía hervir la sangre y sentir el deseo recorrer por cada una de sus venas.
No sabía si el estar allí en ese paralelo hacía que sus sentidos de volvieran más sensibles a cualquier estimulo, pero podía sentir incluso el placer de todos esos seres corriendo por sus venas y todos esos jadeos acumulados en su mente hacían que mordiera su labio inferior al punto de sangrarlo.
Conforme se acercaba al vampiro podía sentir como su cuerpo pedía a gritos ser tocado por él, su piel, sus labios, sus dedos morían por tocar la piel contraria, su cuerpo quería sentir su calor y su entrepierna punzante sentía la necesidad de tenerlo dentro ella sin espera alguna. Lo deseaba y él lo sabía muy bien.
Vampire Hyde BlackLa distancia entre los dos, se había prolongado sin que lo notara, era la primera vez de ella ahí, por lo que sabía que la curiosidad seria grande, efectivamente ella observaba todo dejándose embriagar por todo lo que alrededor estaba sucediendo, pero
el vampiro todo el tiempo estaba atento de ella, su vista la seguía a lo lejos afilada y oscura, tenía sus sentidos más despiertos que nunca hacia ella, aprovechando el que pudiera sentirla, para no perderla en ningún momento.
No estaban en cualquier lugar, él no era el único vampiro en esa fiesta, demasiados seres de la noche reunidos en el mismo lugar pese a ser muy pocos los seres invitados sin la menor intención de respetar nada, esa noche no existían ningún tipo de regla y por eso Hyde odiaba asistir a ese tipo de aquelarres, excepto esa noche que estaba ahí su mujer y lo estaba volviendo loco, no dejaba de mirarla, su cuerpo hervía de necesidad y ansias, ella sabía cómo hacer que el vampiro perdiera la cordura llenándolo de lujuria, ver su cuerpo desnudo en esa tela transparentada le estaba haciendo perder el control y... Su esposa sangro su labio al morderlo, el vampiro sus sentidos se agudizaron en modo de ataque, pues la sangre no solo despertó su instinto, pudo notar como muchos estaban atentos a Taylor que ya de por si era bastante codiciada; era la oportunidad de muchos que intentaban obtener más que la sangre de ella, sus poderes y algo más, la unión de las sangres daba una unión única y todos los que estaban allí no iban a respetar nada, muchos habían esperado por años el momento de romper el lazo del matrimonio por temas de clanes y poder, no era un secreto entre las familias como la bruja y el vampiro habían obtenido un nivel muy importante y esa era su oportunidad de hacerse parte de ello, cuando su mujer sangro su labio Hyde rápidamente tuvo que desvanecerse para quedar frente a ella y con su boca proteger la gota que de ella estaba saliendo, no solo era el ambiente que incitaba a lujuria, la adrenalina de lo que se avecinaba hizo que el vampiro devorara los labios de su esposa intentando disminuir a lo más mínimo el olor de su sangre que incitaba a todo, la rodeo con sus brazos posesivo el cuerpo de su esposa pegándola con fuerza al propio se mi desnudo, perlado del sudor, para protegerla y marcar ese territorio que solo era de su pertenencia.
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